sábado, 25 de junio de 2011

El Fanatismo

Un cáncer, por donde se lo vea. El fanatismo destruye prácticamente todo lo que toca. Partiendo del postulado de Winston Churchill, “Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema”, podemos decir que el fanatismo:
-Destruye el diálogo, la discusión, o la conversación a la cual accede. La hace monótona y sin sentido, pues el hablante nunca podrá razonar sobre su opinión, no importa cuan ilógica o desquiciada sea la idea que defiende tanto como cuan buena es la idea a la cual ataca.
- Es antievolutivo; evita los progresos intelectuales, pues bloquea totalmente la capacidad crítica de un individuo, la hace desaparecer.
-Es Esclavizante: Producto de que merma la intelectualidad y la libertad de opinión, dos elementos indispensables para la Libertad.
-Es contagioso: Vemos constantemente grupos de hinchas locos por un club deportivo. Grupo de personas totalmente ciegas por una religión. Una masa fanática por un país, o un partido político.  
-Del último enunciado, también podemos deducir que ser fanatismo nos hace “uno más del montón”, esto es, nos reduce a la mayoría, la cual es casi imposible que esté en la élite (que, por concepto, es la minoría).
-Sin duda, el fanatismo es un problema al cual tenemos que enfrentar diariamente en todo ámbito social. Es, por tanto, necesario que entendamos como piensan, cómo enfrentarlos, y finalmente qué podemos hacer al respecto.

Características de un Fanático.
- Tiene una vida monótona y que no le genera interés, por lo cual necesita buscar interés en algo (y normalmente, por “alguna extraña razón”, ésta no cae en los libros y las matemáticas justamente).Ésta es causa del fanatismo, en muchísimas ocasiones.
-Tiene una visión parcial de lo que lo rodea; no tiene bien desarrollado el concepto de autocrítica.
-Tendrá ya de entrada en su fanatismo un punto flaco por el cual se puede atacar cuando uno guste. Es más, lo más probable es que, si intentas hackearle a un fanático, ganes la lotería jugando a alguna inicial referente a su “problemilla”.

Cómo discutir o dialogar con un fanático?
-Bueno, pues ése es el problema. Ellos están codificados justamente para evitar el diálogo razonable. Así que, de entrada, tenemos que mentalizarnos en que el resultado más probable sea el fracaso en demostrarles que están equivocados. Aún así, si se quiere proceder con la discusión, ora para las personas de alrededor, ora para intentar un milagro con el dialogante, los consejos son éstos:

1- Nunca exacerbarse. Es justamente el punto al que llega fácilmente un fanático, y tenemos que evitar. Tanto para estar enfocados totalmente, como para demostrar nuestra seguridad en el tema, que está basada en un cimiento razonable y crítico.
2- Intentar explicar los procesos paso a paso; Despacio, con buena letra. Si queremos hacerles notar su error, no podemos entrar de modo arrogante o rápido (esto sí puede servir para conmover a la audiencia, pero no al fanático). Por lo tanto, habrá que explicar el proceso de razonamiento paso por paso, como si fuera un niño de 4 años. Muy claramente. Es la forma más eficaz, si hay alguna que lo sea.
3-Cuando se canse de la conversación, o vea que ya no tiene sentido, retírese amablemente. No se rebaje a actuar compulsivamente por estos hechos, nada más diga que ya no tiene ganas de discutir por esto, se despide y se va. Con seguridad y amabilidad, combinación muy elegante.

-Así que, nada más, nos queda aprender a vivir con ello. Aceptar que el fanatismo es una faceta del ser humano, así como la infancia. Tendremos que enfrentarnos a ello todos los días, y es probable que nos fastidie tanto directa como indirectamente. Pero, es así. Por lo pronto, tenemos que simplemente limitarnos a hacer nuestro intento en ayudarlos, y si no ceden, pues allá ellos.


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